Enciende Iron Maiden el Foro Sol
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MUSICA
"Tocamos en Guadalajara y Monterrey y estuvo increíble, pero ustedes son los mejores esta noche. Éste (el recital de la Ciudad de México) es uno de los conciertos más importantes que tendremos en América Latina", expresó el cantante Bruce Dickinson ante la eufórica audiencia que levantó sus puños en señal de victoria.
Habían pasado siete años desde la última vez que Iron Maiden se presentó en el D.F., y los poco más de 50 mil personas que se reunieron anoche en el Foro Sol se esforzaron por consentir a la banda en todo momento.
Dickinson sintió tanta energía por parte del público que en el clásico "The number of the beast" se puso un sombrero de charro, tal como lo hizo en 1992, cuando el grupo británico debutó en tierras mexicanas.
Así concluyó anoche Iron Maiden sus presentaciones en México, luego de haber actuado en Guadalajara y Monterrey como parte de su gira mundial "Somewhere back in time 2008", que inició el 1 de febrero en la India.
Tal como lo prometió Iron Maiden en su página oficial, la legendaria agrupación cumplió el sueño de algunos fans mexicanos al invitarlos al escenario para corear una parte de la canción "Heaven can wait".
Aunque originalmente se planeó que sólo serían cinco los afortunados en subir al escenario del Foro Sol, fueron alrededor 20 personas las que pudieron estar en el entarimado al lado de sus ídolos, y aparecerán próximamente en el DVD conmemorativo que el grupo lanzará de esta gira.
Con diferentes telones con la imagen de Eddie, que retomaban algunas de las portadas clásicas de sus álbumes, el repertorio de la banda incluyó temas como "Aces high", "Two minutes to midnight", "Revelations", "Power slave" y "Fear of the dark".
El espectáculo tuvo una duración de dos horas, tiempo en el que Bruce Dickinson y sus compañeros recibieron todo tipo de muestras de cariño y respeto por parte de sus fans mexicanos. E incluso, el líder de Iron Maiden señaló en varias ocasiones que ama a este país.
Lauren Harris, hija del bajista Steve Harris, fue la encargada de abrir el concierto de Maiden. Y aunque los fans tienen un gran respeto por su progenitor, la cantante no se salvó de recibir abucheos por parte del público, que manifestó su descontento con la música que ésta interpretó.
Habían pasado siete años desde la última vez que Iron Maiden se presentó en el D.F., y los poco más de 50 mil personas que se reunieron anoche en el Foro Sol se esforzaron por consentir a la banda en todo momento.
Dickinson sintió tanta energía por parte del público que en el clásico "The number of the beast" se puso un sombrero de charro, tal como lo hizo en 1992, cuando el grupo británico debutó en tierras mexicanas.
Así concluyó anoche Iron Maiden sus presentaciones en México, luego de haber actuado en Guadalajara y Monterrey como parte de su gira mundial "Somewhere back in time 2008", que inició el 1 de febrero en la India.
Tal como lo prometió Iron Maiden en su página oficial, la legendaria agrupación cumplió el sueño de algunos fans mexicanos al invitarlos al escenario para corear una parte de la canción "Heaven can wait".
Aunque originalmente se planeó que sólo serían cinco los afortunados en subir al escenario del Foro Sol, fueron alrededor 20 personas las que pudieron estar en el entarimado al lado de sus ídolos, y aparecerán próximamente en el DVD conmemorativo que el grupo lanzará de esta gira.
Con diferentes telones con la imagen de Eddie, que retomaban algunas de las portadas clásicas de sus álbumes, el repertorio de la banda incluyó temas como "Aces high", "Two minutes to midnight", "Revelations", "Power slave" y "Fear of the dark".
El espectáculo tuvo una duración de dos horas, tiempo en el que Bruce Dickinson y sus compañeros recibieron todo tipo de muestras de cariño y respeto por parte de sus fans mexicanos. E incluso, el líder de Iron Maiden señaló en varias ocasiones que ama a este país.
Lauren Harris, hija del bajista Steve Harris, fue la encargada de abrir el concierto de Maiden. Y aunque los fans tienen un gran respeto por su progenitor, la cantante no se salvó de recibir abucheos por parte del público, que manifestó su descontento con la música que ésta interpretó.
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